El gobierno miente cuando dice que los aumentos afectarán a la parte más de la población. Al revés, los más perjudicados son los hogares obreros, donde la luz se usa para obtener calefacción, y donde se consume muchísima luz, porque en la misma vivienda suele vivir más de una familia. Así, por ejemplo, en numerosos edificios ocupados del barrio, donde se vive en la más absoluta precariedad, las facturas están llegando con un 700% de aumento.
El brutal aumento sobre la luz, el transporte, y otros servicios, obedece a la necesidad del gobierno de disminuir los subsidios sobre las empresas, a las que recompensa con una dolarización de las tarifas. El macismo apelan al tarifazo, el dinero de los jubilados (colocado al servicio de una calesita financiera), la depreciación salarial y los despidos, como parte de un conjunto de manotazos contra las masas, que tienen el propósito de mantener los negocios de los capitalistas, y el pago de la deuda externa (64 mil millones de dólares vencen 4 de abril ), en el marco del derrumbe del precio de los comodities, y vuelta del neoliberal al Suramérica.
Macri no dice una palabra, porque está de acuerdo con los tarifazo, y porque es además partidario de una mega-devaluación que el propio Gobierno actuo indicriminadamente, algo que de consumarse, afecta dramáticamente a toda la población trabajadora.
Mientras las tarifas suben, las empresas despiden y suspenden trabajadores en masa, con la complicidad más que activa (¡Paraná Metal!) del gobierno y de la burocracia de las CGT y la CTA nacional.
La única salida popular a las medias brutales, es la del kirchnerismo y la oposición patronal: se trata de afectar las ganancias capitalistas, y no las condiciones de vida de los explotados. Abajo el tarifazo, los despidos y suspensiones, reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, nacionalización de la banca y del comercio exterior. ¡Que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores!.
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