Sin embargo, al analizar la tasa de desempleo juvenil, que ha sido escogida como indicador para medir los avances en el cumplimiento de esta meta, no sólo se observa ... Además, la inserción laboral débil, temprana o tardía, relacionada frecuentemente con altos niveles de deserción escolar, afecta sobre todo a jóvenes.
Para el total regional, la tasa de desocupación de los jóvenes pasó de 18,9% en 2016 a 19,5%, en 2017; estas tasas equivalen a 9,8 y 10,2 del total.
Mientras que el modelo 2014 ponía el foco en que, por distintos motivos, no todos arrancan la carrera desde la misma línea de largada, el modelo 2018 propone que los que arrancan detrás corran más rápido si quieren alcanzar al resto, asumiendo que lo que les falta son ganas de correr. Mientras que en el segundo trimestre de 2017 el desempleo era de 8,7 por ciento, para los jóvenes de entre 18 y 25 años fue 21,9 por ciento y la informalidad.
En la Argentina, indica el informe, 18% de jóvenes están desocupados; 59% no están registrados y 24% están ocupados a plazo determinado. Tres de cada siete adolescentes no terminan el ciclo educativo. Entre 2004 y 2012 se registró una reducción de trabajo infantil, pero existe un grave problema en el trabajo adolescente, mayormente informal.
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