(Del muro de Carlitos Gasmann):
Durante la segunda mitad de los '80 y en los '90 viví en el barrio El Mondongo. Aprovechando que estaba cerca, me asocié a Gimnasia para practicar tenis. Me gustaba porque (a diferencia de lo que pasa ahora) era como mi club cordobés de la adolescencia. No había que sacar turno con anticipación. Mientras hubiera cancha libre se podía jugar lo que uno quisiera. Y en singles o dobles nos mezclábamos todos, mujeres con varones, jóvenes con veteranos. Conocí mucha gente muy linda.
Al profe de tenis le decían "Topo". Un tipo buenísimo. A mí me llamaba la atención cuánto laburaba, Estaba enseñando al rayo del sol para ganarse el mango desde la mañana hasta la noche. Tenía un viejo auto usado. Me contaron que con ese vehículo, los fines de semana, para juntar algún otro peso, alquilaba equipos de audio y luces para fiestas.
Hace poco me encontré con un rival de aquellos tiempos. "¿No lo volviste a ver al Topo Guzmán?", me preguntó. Le contesté que no. "Yo siempre lo llamo y le pregunto por el hijo", agregó él. "¿Por qué por el hijo? ¿Está enfermo o le pasa algo?", lo consulté. "¡Porque es el ministro de Economía de la Nación, boludo!", me aclaró.
Yo sabía que Martín era de La Plata, que había egresado de la UNLP y era hincha del Lobo. Pero jamás imaginé siquiera que era hijo de aquel "Topo" que yo había conocido. Me surgió enseguida la comparación con tanto CEO graduado en las privadas o tanto millonario por herencia que ocupó los principales cargos durante el macrismo. Esa mezcla de ideología nefasta e ineptitud crónica que agudizó en tiempo récord nuestra catástrofe social. Hablaban de "meritocracia" habiendo llegado sin más "mérito" que el de nacer en cuna de oro.
Mérito tiene Martín, que estudió en la universidad pública gracias al esfuerzo enorme de su familia de laburantes, obtuvo tan buenas notas que se ganó becas a los Estados Unidos, se doctoró en Brown, se posdoctoró en Columbia y escribió libros en coautoría con el Premio Nobel Joseph Stiglitz. Hoy es titular de la cartera económica... ¡a los 37 años! Bien diferente a los integrantes del "mejor equipo de los últimos 50 años", ¿no?
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