Un viaje de sabores intensos y texturas suaves, la lengua a la portuguesa es mucho más que un plato: es un ícono de la cocina casera y de los bodegones de Buenos Aires. Con una salsa vibrante y una carne que se deshace en la boca, esta receta es una invitación a redescubrir los placeres de la cocina a fuego lento.
Aunque su nombre nos transporte a las costas de Portugal, la "salsa portuguesa" es en realidad una creación bien porteña. Inspirada en las preparaciones lusitanas ricas en tomates, pimientos y cebollas, esta salsa encontró en Argentina el acompañamiento perfecto: la lengua de vaca. Un corte humilde que, con la cocción adecuada, se transforma en un manjar de terneza inigualable.
Hoy te invitamos a preparar este clásico en tu propia cocina. Una receta ideal para un almuerzo de domingo en familia o para sorprender a tus invitados con un plato lleno de historia y sabor.
Ingredientes
Para la lengua:
1 lengua de vaca (aproximadamente 1.5 kg)
1 cebolla grande
1 zanahoria
1 rama de apio
2 hojas de laurel
Sal gruesa a gusto
Pimienta negra en grano a gusto
Para la salsa portuguesa:
2 cucharadas de aceite de oliva
2 cebollas grandes, cortadas en juliana
1 pimiento rojo grande, cortado en tiras
1 pimiento verde grande, cortado en tiras
2 dientes de ajo, picados
1 lata grande (800 g) de tomates perita pelados y cubeteados
1 vaso (200 ml) de vino blanco seco
1 taza (250 ml) del caldo de cocción de la lengua
1 cucharadita de pimentón dulce
1/2 cucharadita de ají molido (opcional)
Sal y pimienta negra recién molida a gusto
Perejil fresco picado para decorar
Preparación
Paso 1: La Cocción de la Lengua, el Secreto de la Terneza
Lava bien la lengua bajo el chorro de agua fría.
En una olla grande, coloca la lengua y cúbrela completamente con agua.
Agrega la cebolla, la zanahoria, el apio, las hojas de laurel, la sal gruesa y los granos de pimienta.
Lleva a ebullición y luego reduce el fuego al mínimo. Tapa la olla y cocina a fuego lento durante aproximadamente 2 a 3 horas, o hasta que al pinchar la parte más gruesa de la lengua con un tenedor, esta entre y salga con facilidad.
Una vez cocida, retira la lengua del caldo (¡no tires el caldo!) y, aún caliente, pélala. La piel saldrá fácilmente.
Corta la lengua en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor y resérvala.
Paso 2: La Salsa Portuguesa, una Explosión de Sabor
En una cacerola grande o sartén profunda, calienta el aceite de oliva a fuego medio.
Agrega la cebolla y los pimientos y sofríe hasta que estén tiernos y la cebolla transparente, aproximadamente unos 10 minutos.
Incorpora el ajo picado y cocina por un minuto más, cuidando que no se queme.
Vierte el vino blanco y cocina a fuego fuerte durante un par de minutos para que se evapore el alcohol.
Añade los tomates cubeteados, el caldo de cocción de la lengua, el pimentón dulce y el ají molido (si lo usas).
Condimenta con sal y pimienta a gusto.
Lleva la salsa a ebullición y luego baja el fuego. Cocina a fuego lento, con la cacerola semitapada, durante al menos 30 minutos, o hasta que la salsa haya espesado y los sabores se hayan concentrado.
Paso 3: La Unión Perfecta
Incorpora las rodajas de lengua a la salsa portuguesa.
Cocina todo junto a fuego bajo durante unos 15 minutos más, para que la lengua se impregne bien de todos los sabores de la salsa.
Rectifica la sazón si es necesario.
Sirve la lengua a la portuguesa bien caliente, espolvoreada con perejil fresco picado.
Consejos del Chef
Planificación: La cocción de la lengua lleva tiempo, así que puedes adelantar este paso el día anterior. Guárdala pelada y en rodajas en la heladera.
Paciencia es la clave: No apures la cocción de la lengua ni de la salsa. El fuego lento es fundamental para lograr la textura y el sabor deseados.
Un toque extra: Para una salsa con más cuerpo, puedes agregar una zanahoria rallada junto con la cebolla y los pimientos.
Congelación: La lengua a la portuguesa se puede congelar sin problemas. Asegúrate de que esté completamente fría antes de guardarla en un recipiente hermético.
Acompañamientos Ideales
Este plato tan sabroso y contundente se luce con guarniciones simples que permitan que la salsa sea la protagonista. Te sugerimos:
Papas al natural: Hervidas y salseadas con la misma portuguesa.
Puré de papas: Cremoso y suave, ideal para absorber la salsa.
Arroz blanco: Un clásico que nunca falla.
Papas fritas: Para los que buscan un toque crocante.
¡Anímate a preparar este clásico de la cocina porteña y disfruta de un plato que te transportará a los sabores más auténticos de nuestra gastronomía!
No hay comentarios:
Publicar un comentario