Es el plato perfecto para cualquier día de la semana: es económico, rendidor y le gusta a todo el mundo. Además, es increíblemente versátil. ¿Prefieres una salsa roja intensa, una crema suave o un guiso más caldoso? Esta receta te servirá de base para que la adaptes a tu gusto y a lo que tengas en la heladera.
Hoy te comparto la versión clásica, un estofado de pollo con fideos que nunca falla. Una guía paso a paso para que te queden perfectos, jugosos y llenos de sabor. ¡Vamos a la cocina!
Ingredientes (Para 4-5 personas)
Pollo: 4-6 presas de pollo (patas y muslos son ideales por su jugosidad).
Fideos: 500 g de fideos secos. Los "guiseros" como tirabuzón, mostachol o penne rigate son perfectos porque atrapan bien la salsa.
Cebolla: 2 cebollas medianas, picadas.
Pimiento: 1 pimiento rojo mediano, picado.
Zanahoria: 1 zanahoria grande, cortada en rodajas o cubos pequeños.
Ajo: 2 dientes de ajo, picados finamente.
Tomate: 1 lata de puré de tomate (aprox. 520 g) o 750 cc de tomate triturado.
Caldo: 2 tazas (500 ml) de caldo de gallina o verduras. Puedes usar un cubito.
Vino: ½ vaso (100 ml) de vino blanco o tinto (opcional, pero le da un gran sabor).
Aceite: Aceite de girasol u oliva, cantidad necesaria.
Condimentos: Sal, pimienta negra recién molida, 1 cucharada de pimentón dulce, 1 cucharadita de orégano, 1 hoja de laurel.
Para el final: Queso rallado para servir y perejil fresco picado (opcional).
Preparación Paso a Paso
Paso 1: Sellar el Pollo para un Máximo Sabor
Seca bien las presas de pollo con papel de cocina y condiméntalas con sal y pimienta por todos lados.
En una cacerola u olla grande, calienta un buen chorro de aceite a fuego medio-alto.
Coloca las presas de pollo y dóralas por ambos lados hasta que la piel esté dorada y crujiente. No busques cocinarlas por completo, solo sellarlas para encapsular sus jugos.
Retira el pollo de la olla y resérvalo en un plato.
Paso 2: La Base de Nuestra Salsa Casera
En la misma olla, con el aceite y los jugos que soltó el pollo, baja el fuego a medio y añade la cebolla, el pimiento y la zanahoria.
Cocina las verduras, revolviendo ocasionalmente, durante unos 8-10 minutos hasta que estén tiernas y la cebolla se vuelva translúcida.
Agrega el ajo picado y cocina por un minuto más, hasta que libere su aroma. ¡Cuidado que no se queme!
Paso 3: Construyendo el Sabor del Guiso
Si vas a usar vino, viértelo ahora. Sube el fuego y raspa el fondo de la olla con una cuchara de madera para despegar todos los sabores caramelizados. Deja que el alcohol se evapore por completo (1-2 minutos).
Incorpora el puré de tomate, el caldo, la hoja de laurel y el resto de los condimentos: pimentón dulce y orégano. Mezcla todo muy bien.
Vuelve a colocar las presas de pollo dorado en la olla, asegurándote de que queden bien cubiertas por la salsa.
Lleva la preparación a un hervor suave. Luego, baja el fuego al mínimo, tapa la olla y deja que se cocine a fuego lento durante unos 40-50 minutos. El pollo debe quedar tan tierno que casi se desarme.
Paso 4: La Pasta, el Momento Clave
Tienes dos opciones para cocinar los fideos:
Opción 1 (Estilo Clásico de Olla): Pasado el tiempo de cocción del pollo, si tienes suficiente líquido en la olla (la salsa debe estar ligera), puedes cocinar los fideos directamente en la salsa. Agrega los fideos, revuelve y cocina el tiempo que indique el paquete, añadiendo un poco más de caldo o agua caliente si ves que se seca demasiado. ¡Así la pasta absorbe todo el sabor!
Opción 2 (Por Separado): Mientras el pollo se termina de cocinar, hierve los fideos en una olla aparte con abundante agua y sal, siguiendo las instrucciones del paquete para que queden "al dente". Luego, cuélalos y sírvelos en los platos con el estofado de pollo por encima.
Paso 5: Servir y Disfrutar
Una vez que el pollo y los fideos estén listos, retira la hoja de laurel. Si lo deseas, puedes deshuesar algunas presas de pollo e integrar la carne a la salsa.
Sirve una porción generosa de fideos y pollo en cada plato, asegurándote de que todos tengan abundante salsa.
Corona con una buena cantidad de queso rallado y, si te gusta, un poco de perejil fresco picado para dar color y frescura.
Consejos para un Plato Inolvidable
Elige bien el corte: Las presas con hueso y piel (como la pata-muslo) siempre aportan más sabor y jugosidad al guiso.
Sin apuro: La clave de un buen estofado es la cocción lenta. No subas el fuego para acelerar el proceso; la paciencia dará como resultado un pollo tierno y una salsa concentrada.
Un toque extra: Puedes enriquecer el sofrito de verduras añadiendo medio tallo de apio picado. Le dará una base de sabor increíble.
Personaliza tu salsa: Si te gusta más dulce, puedes añadir una cucharadita de azúcar para contrarrestar la acidez del tomate. Si la prefieres picante, un toque de ají molido le sentará de maravilla.
¡Y ahora sí! A disfrutar de este plato casero, simple y delicioso que seguro se convertirá en un favorito de tu recetario. ¡Buen provecho!
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