Debemos entender que el surgimiento del kirchnerismo se dio por la empatía con un proyecto, por la identificación estética y ética con una líder y que nos metió en un baile, nos obliga a sostener un ser, nos exige leer mucho, aprender, ser concientes de que en este contexto mediático, un mensaje de pena genera pena, y el derrotismo nos derrota. Nos exige formarnos como cuadros, lo que no es ni más ni menos que, más allá de la formación teórica, la superación de la ingenuidad y el aprendizaje de la templanza, modificarnos de una vez y para siempre. Aprendimos a salir a la calle ? Sí.
Aprendimos a dividir nuestro tiempo entre "nuestra" vida y la militancia ? Sí.
Bueno, ahora llevemos como una segunda piel esto de ser militantes del campo nacional y popular, que entre otras cosas implica combatir varios sentimientos "anti" con el que la buena conciencia burguesa se cubre de falsa dignidad : el antimilitarismo, el antisindicalismo y el anticlericalismo.
Ser militante es descubrirse zonceras todos los días y ser prudente, que así como no se corre cuando nos tiran gases, no se entra en prejuicio cuando una figura política no tiene todas las viejas luces impolutas que nosotros, reconocemos como las únicas válidas.
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