- 4-6 personas.
- Un solomillo de cerdo.
- Una lámina de hojaldre con forma rectangular.
- 500 gramos de champiñones.
- Una cebolla pequeña.
- 6-8 lonchas de jamón serrano (dependerá del tamaño del solomillo y del jamón).
- 75 gramos de paté (o dos cucharadas de mostaza de Dijon).
- Un huevo para pintar el hojaldre.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta negra molida.
En primer lugar preparamos el paté de champiñones o duxelles. Puede prepararse perfectamente un par de días antes de montar el solomillo Wellington, manteniéndolo en la nevera en un recipiente hermético.
Picar la cebolla en cuadritos muy pequeños y de tamaño regular (brunoise).
Eliminar el extremo de los champiñones y limpiarlos bien, bajo el grifo o empleando un paño húmedo. Picarlos en trocitos muy pequeños. Si se dispone de alguna picadora o procesador de alimentos se puede usar para picar los champiñones muy pequeñitos, sin llegar a triturarlos del todo. Para mí gusto, cuanto más pequeños son los trocitos de champiñón mejor queda la duxelles.
Poner al fuego una sartén con un chorro de aceite en el fondo.
Cuando se caliente añadir la cebolla, bajar un poco el fuego y cocinar hasta que se ponga transparente, unos 10 minutos.
Añadir los champiñones y salpimentar al gusto. Se puede añadir también un poco de perejil picado.
En toda la receta hay que tener un poco de precaución al añadir la sal para no pasarnos, ya que luego rodearemos la carne de jamón y paté, que ya suelen ser bastante sabrosos.
Cocinar hasta que los champiñones estén bien hechos y se haya evaporado todo el agua que sueltan.
Retirar del fuego y reservar.
Retirar los restos de grasa que pueda tener el solomillo. Salpimentarlo. Si se quiere se puede bridar con hilo de cocina para darle una forma homogénea, pero yo no lo hago nunca. En caso de bridarlo recordar retirar el hilo tras sacarlo de la sartén.
Poner al fuego una sartén amplia o una cazuela baja con un chorro de aceite en el fondo.
Cuando se caliente dorar bien el solomillo por todos los lados para sellarlo. De esta forna evitaremos que pierda jugos durante la cocción. Lo doraremos sin prisa, de modo que el solomillo quede ya medio cocinado.
Sacar el solomillo de la sartén y reservar.
Colocar dos o tres capas de film de cocina sobre la encimera. Deberán ser más largas que el solomillo, para poder enrollar bien los extremos.
Colocar sobre el film de cocina las lonchas de jamón un poco solapadas entre sí, tal y como se ve en la imagen, hasta que ocupen un poco más que la longitud del solomillo. El número de lonchas que necesitaremos dependerá del tamaño del solomillo, pero en general valdrá con 5 o 6. Como el extremo superior quedaba un poco irregular luego añadí otra loncha en horizontal.
Colocar el solomillo centrado sobre el jamón.
Si se emplea mostaza pintar bien el solomillo con la mostaza.
Si se usa paté extender bien el paté sobre el solomillo, sin olvidar la parte de abajo.
Con ayuda del film de cocina enrollar el jamón y los champiñones de modo que el solomillo quede completamente envuelto. Retorcer bien los extremos del film (como si fuera el envoltorio de un caramelo) para que quede también bien enrollado en los extremos.
Una vez enrollado yo suelo envolverlo en otro par de capas de film transparente, para que quede más compacto y no se abra.
Meter el solomillo al menos un par de horas en la nevera para que con el frío sea más manejable. Se puede dejar perfectamente de un día para otro en la nevera. Yo los últimos 45 minutos antes de envolverlo en el hojaldre lo meto en el congelador. Con ese tiempo no se congela (que tampoco es deseable porque luego necesitaría más horno), pero las capas exteriores ganan bastante firmeza para manejarlo con comodidad.
Si el hojaldre es congelado lo descongelamos con antelación siguiendo las instrucciones del envase.
Extender el hojaldre sobre papel de horno. Puede usarse el que trae el propio hojaldre.
Batir el huevo como para tortilla.
Retirar con cuidado el film transparente que envuelve la carne y colocarla bien centrada sobre el hojaldre. Doblar el hojaldre para que cubra completamente la carne, untando un poco de huevo batido donde se unen las dos capas de hojaldre para que se pegue mejor. Doblar los dos extremos para que la carne quede completamente encerrada.
Dar la vuelta al paquete de hojaldre, de modo que las uniones de la masa queden en la parte inferior y colocarlo sobre una hoja de papel de horno (o el que trae el propio hojaldre).
A mí con un lámina de hojaldre rectangular de tamaño normal me da para cubrir bien la carne, pero no sobra. Si se usa un hojaldre de mayor tamaño y vemos que sobra (los bordes deberían solaparse 3 o 4 dedos para que no se abra, pero tampoco es cuestión de dar dos vueltas a la carne con el hojaldre) es conveniente recortar un poco el exceso de hojaldre. Con estos recortes se pueden hacer unas tiras y colocar un enrejado decorativo sobre el hojaldre.
Trasladar el solomillo con el papel a la bandeja del horno.
Pintar bien todo el hojaldre con el huevo batido empleando un pincel de cocina. Procurar no dejar trozos sin pintar porque se nota mucho el color más mate después de hornear.
Mientras montamos el hojaldre precalentar el horno a 200 grados.
Colocar la bandeja con el solomillo en la parte central del horno.
Hornear durante 30 minutos. Después de este tiempo el hojaldre debería estar ya doradito.
Sacar el solomillo del horno y dejar reposar 10 o 15 minutos antes de cortarlo.
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